miércoles, 16 de enero de 2008

¡Habemus cisterna!

No escribir esta entradita, sería como dejar una novela sin final. No obstante, desde el fondo de mi alma, anhelo que este final, sea el comienzo de una nueva y fluida etapa.
Anoche, entre chaparrones y truenos se produjo el advenimiento de este tan esperado adminículo.
Su corazoncito comenzó a bombear agua alrededor de las 20:30 hs.
Se alimentó satisfactoriamente a partir de la red local alcanzando un nivel óptimo en pocos minutos.

Su frecuencia de arranque fue buena y su conexión con los hermanitos de altura fue más que generosa, saciando su sed hasta llenarlos.
Nuestra cisterna ha nacido.

¿Será que mis baños de asiento en el chorro pasarán a ser historia?
¿Nos llegará el agua al tanque a partir de ahora?
¿Reinauguraremos el baño de la planta alta?
¿Mis plantas recuperarán su color clorofílico?
¿Las flores volverán a aparecer en mi jardín?
¿El ronroneo del lavarropas volverá a oirse durante el día?
Dudas y más dudas que no se evacuarán . No tendrán respuesta hasta que el calor retorne, porque hoy, en el DÍA UNO de mi gran inversión veraniega, está fresco, no hay sol, el agua que llega desde la calle tiene una presión infernal. Se recomienda atarse a la canilla antes de encender la ducha, porque con su fuerza arrasa…

Hoy el barrio descansa. No usa agua. Me la dejan toda para mí.
¿Y mi cisterna?

Duerme, descansa, probablemente esté juntando energías, para demostrar a sus dueños, que no fue la hija no deseada de este hogar, y que su presencia nos deparará más alegrías que esas vacaciones postergadas, en parte, por su forzosa llegada al hogar.
¡Que viva el intendente y todos los irresponsables responsables de nuestro bienestar!

Myrtita

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