domingo, 24 de diciembre de 2023

Navidad 2023

 
El estrépito de la bolsa contra el piso me sorprendió. Enfrascada en mi búsqueda, no vi venir esa caída.

La caída fue rápida y no dejó tiempo para que mi mente dilucidara su contenido. Vidrios, por lo pronto no eran.

La intriga postergó mi objetivo y abrí la bolsa. Argollas de madera, muchas. Argollas de cortinas de tela viejas, reemplazadas por cortinas sin argollas, modernas.

Alguien puso esta caída en mi camino. Una caída oportuna que disparó, con tiempo, una imaginación adormecida para empezar a pensar mi Navidad.

Mi árbol sería con argollas.

El 8 de diciembre, fiel a la tradición, en medio de argollas, piolas y yuyos empecé a diseñarlo.

El árbol quedó listo, pero la bolsa caída traía un plus. En la bolsa, había ganchos de alambres y abrazadas a las argollas, sin querer desprenderse de ellas, ganchitos plásticos.

No sin trabajo, logré desprender uno a uno y quedaron ahí, separados, formando una forma amorfa sobre la mesa.

Los observé detenidamente y encontré preguntas.
Uno a uno fui desplazando, inmersa en mi espíritu navideño, pero sin pensarlo se convirtieron en un árbol, lleno de preguntas. Un árbol mimetizado con una realidad también llena de preguntas.

Así mi tarjeta navideña también tomó forma.

En un abrir y cerrar de ojos, el 8 de diciembre devino en 24 de diciembre.

Me detengo, miro el árbol con argollas, miro la tarjeta con preguntas y evoco la Navidad con un fuerte deseo de Paz y Felicidad.

myrtita