sábado, 8 de diciembre de 2007

Caserita , pero de vanguardia....

Hace unos meses en una entradita de asados, hice una mención a mi super parrilla, insinuando que ésta merecía una entrada propia en los QQQ.
El tiempo fue pasando y no la hice, pero lo que vi hoy, me dio pie para concretarla.
Estoy convencida que “el buen asador” es aquel capaz de descollar con su obra, más allá de los recursos con los que cuente.
Para dar fe de esto, basta remitirse a nuestra historia gaucha. El facón, la leña, el fueguito, una estaca y la carne al asador.
Acepto que todo cambia, que todo evoluciona, pero reafirmo: los lujos no hacen al buen asador. Así, casi metiéndome de manera impertinente, en este mundo de gauchos, les presento mi super parrilla, nacida de la situación de nueva propietaria, con un rótulo de “provisoria, permanente”, ya que lleva catorce años desafiando asadores.
El modelo que presento hoy, es la segunda edición, fase B reforzada y mejorada.
El diseño vanguardista de mi parrilla tuvo su origen en el desarmado de la obsoleta casilla del gas impuesta por la reforma edilicia del flamante hogar y la llegada del gas natural a la casita nueva.
La casilla del gas fue el vientre materno de mi super parrilla.
El deseo incontrolable de hincar nuestros dientes en una tirita de asado, desencadenó esta faraónica obra.
Dos pilas de ladrillos, sobrantes de la construcción, que me estorbaban en el patio, constituyeron la piedra fundamental y aportaron la altura ideal a la parrilla.
Eso sí, nada de mezcla, ni cal, ni cemento ni arena, porque no habían sobrado y la casi indigencia acompañaba nuestra condición de nuevos dueños. Un encastre perfecto. Prolijito. Pilita a la derecha y pilita a la izquierda.
Sobre ellas, las tapas de la vieja casilla se recostarían para darle el corazón.
Viejos escalones de granito, removidos de la escalera original del hogar, perfectamente apilados a su lado complementaban mi obra como mesada auxiliar.
Una parrilla de hierro, donación de mis progenitores, unas baldositas para regular su altura, de manera minuciosa, una palita y un tenedor largo, completaban lo necesario para dar lugar a su inauguración.
No sin cargadas de por medio, la super parrilla debutó. Y lo hizo con un rotundo éxito del asador, en quien pusimos toda nuestra fe.
La versión mejorada, surgió luego de varios años, más precisamente, aquel día de otoño, que vaya a saber uno porqué causa, razón, motivo o circunstancia, el encastre perfecto de las pilitas de ladrillos, cedió.
Al mejor estilo Torre de Pisa, la parrilla comenzó a inclinarse y al toque, el asado, que tomaba color sobre la super parrilla, terminó en el pasto amenazado por mis canes que lo cercaron en franca custodia.
La emergencia funcionó. Ante semejante desparramo, coloqué la parrilla sobre el suelo, sacudi los pedazos de carne, los chorizos, reacomodé las brasas sobre el pastito y el show continuó, pero este hecho me obligó a un nuevo diseño, más reforzado.
Una tercera pata equilibraría la parrilla.
Las dos pilitas laterales de ladrillos encastrados, y al frente una tercera pata de refuerzo.
¿Pero con qué?... Y allí, debajo de la pila de escombros que se erigía en la pared este del jardín apareció.
Una pesa casera, fabricada con un hierro grueso y dos latas, herrumbradas, de duraznos rellenas con cemento. Ni que hubiera sido diseñada para este fin. Su medida era justa, y de manera ideal proporcionaba a mi diseño la atura y el equilibrio justo.
Así comencé la reconstrucción de este modelo, que nos acompaña hasta el día de la fecha, y nos acompañará hasta el día en que aparezca un asador que refute mi arraigada idea de que la parrilla no hace al buen asador...

Si mi descripción no fue precisa, su imaginación no da para tanto, o bien por si se quedaron con ganas de tener una igual, acá está... se las presento myparrillita!!!...la mesada auxiliar, se las debo!!!


Myrtita

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida amiga, evidentemente de imposible lo único que tiene tu parrilla es la música elegida para la ilustración (mejor dicho el nombre del título de la serie a la que nos remite dicha música: ‘misión imposible’), ya que esa férrea voluntad que te caracteriza ha dado sobradas muestras de dar por tierra lo de la imposibilidad de asar en tu creativa y no menos funcional MYPARRILLITA.

APLAUSOS PARA LA ASADORA Y SU PROVISORIA PERMANENTE PARRILLA
Y POR QUÉ NO PROVERBIAL

No sólo la obra es vanguardista sino el lenguaje también lo es:
las adjetivaciones contrapuestas y la identidad de la parrilla con su autora: ‘MY’ de Myrtita, que al mismo tiempo rima con parrillita.
Un neologismo digno de la vanguardia, tiempo de la literatura de los que más me gustan y del que estamos cumpliendo casi un siglo.

Bueno después de ver esas seductoras tiritas y esos tentadores choricitos la platea se pregunta: ¿Estamos invitados?
sandra

Anónimo dijo...

Lo tuyo me deja sin palabras... cómo responder a esa alocución tan rica????
Cuántos términos difíciles.. pero qué lindos suenan... será que todod eso se desprende de myparrillita??? jaja
Gracias!!!