sábado, 21 de julio de 2007

Por ustedes me animé

Tempranito, para no perder la costumbre, y en contra mis principios vacacionales, decidí ir al centro. Algunos mandaditos para hacer y la carpa de los artesanos, que no había sido aún objeto de visita en estas breves vacaciones, eran mi meca.
Desubicada me encontré cuando las lentes que debía retirar solo podían ser retiradas por la tarde, y cuando me di cuenta de que mis amigos artesanos, evidentemente manejando un reloj muy diferente al mío que anunciaba las 9 hs, descansaban sin abrir sus puertas aún.
Apelando al principio de que “siempre ante una adversidad, existe algo positivo” emprendí el regreso al hogar, aunque con un ligero sentimiento de frustración.
En la playa de estacionamiento, mi buena fortuna seguía durmiendo. “No tengo cambio” fueron las amables palabras del encargado de la playa. Y así fue que con la promesa de un pago futuro retiré mi móvil y decidí cambiar mi rumbo: hacia Echagüe 734. Hacer un poco de hija, me cargaría positivamente.
Pero mi racha venía adversa, y parecía no querer cambiar. Mi papá no estaba, y mamá no estaba en su mejor momento.
Me recluí en mi pieza de la adolescencia, buscando un poco de sol y paz, y cuando mi cabeza empezó a volar , se disparó el flash: 20 de julio “Día del amigo”.
Una fecha con un sentido profundo en su origen, pero para mi gusto demasiado comercial.
Este ángulo de la conmemoración sinceramente no me estimula.
Mandar cadenas de mails, comprar muñequitos, empujar a todo el mundo en los pequeños locales del centro para llegar al preciado objeto de la amistad “me sacan”.
Ojo, esto no significa que me saque que alguien me considere en sus cadenas, que me regale muñequitos que atesoro, que me mande mensajitos que mis ojos viejos no alcanzan a leer. Todo lo acepto, pero a mi no me sale hacer eso. El día del amigo me pega diferente.
Pero sigo con mi relato.
… Y de repente en mi pieza, los recuerdos empezaron a sentirse. Golpeaban desde el fondo del cajón del dressoir, me llamaban desde el armario debajo de la ventana.
El sol reflejaba todo y se creaba un ambiente más que propicio para animarme a entrar en el pasado.
Veinte años hacía que no abría esas puertas. Veinte años y más hacía que no revolvía. Veinte años hacía que no me animaba a entrar, porque abrir cajones, sobres, cajas, albumes, significan no solo remover polvo y aspirar olor a humedad, significan remover todo, remover la vida y entrar en el pasado.
Acercarse a los que ya no están, recordar a los que están lejos, y porque no comparar lo que somos con las imágenes que aparecen reflejando lo que fuimos.
Un ejercicio sin dudas fuerte, para el corazón, para la cabeza, para el alma.
Y hoy 20 de julio, me animé a abrir cajones, sobres, a mirar fotos. Me animé por ustedes, MIS AMIGOS, porque decidí no mandarles mensajitos, no engancharlos en cadenas lindas de mails, no comprarles muñequitos, decidí regalarles imágenes, recuerdos y vivencias NUESTRAS. De aquellos momentos jóvenes, de aquellos momentos lindos, de aquellos momentos en que arrollábamos la vida sin saber lo que nos deparaba.
Y entre esos momentos aparecieron la infaltable escuela Normal, con imágenes de un tercer año en el patio, un viaje a la represa de Salto Grande en construcción!!!! QUE ANTIGUOS!!!, un campamento al sur, Bariloche con la nieve y esas kilométricas bufandas de lana, un 21 de septiembre en la quinta de Andrea, y CARTAS!!! Una vida de cartas. Alicita, desde el momento de tu partida a Richieri 1066 hasta tu paso por el pensionado en Buenos Aires… 1000 años en papel.
Y que buena y oportuna resultó la observación de Agustín, cuando le mostré mis tesoros: “Pensar que cuando tengamos tu edad NO VAMOS A TENER NADA!” ¿Porqué? Y su respuesta fue más que contundente: por eso de los mails, por eso de los mensajitos, por eso del no uso de la palabra y del papel.
Y aparece mi reflexión de vieja, yo que viví en el siglo pasado atesorando papeles, disfruto hoy de los avances del siglo XXI para hacerles un pequeño regalito cibernético a MIS AMIGOS.
No se priven de las sonrisas, ni de las lágrimas que les provoquen nuestros recuerdos, ya que si los sienten es bueno.
Y hagamos votos para seguir atesorando imágenes y compartiendo momentos, para que dentro de unos años, aunque ya no dentro de un nuevo siglo, podamos hacernos otro regalito, vaya a saber uno en que formato!!!
¡FELIZ DÍA!
Los quiero mucho

Disfruten con un solo click aquí Para mis amigos

Myrtita

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta jugar a las escondidas y despistarte. El comentario que recibiste en tu dirección de correo refiere a este punto. IMAGO

Anónimo dijo...

Ah, Myrtita le hiciste cosquillas a mi corazón.
Me encanta que hagas esto. Celebro tu idea del blog. Y a propósito de este álbum que nos regalás, me asalta una sensación de extrañeza y me pregunto si los que están allí, somos nosotros o son otros. Estoy tentada de apostar que 'esos nosotros' tienen vida propia y está capturada en la materialidad de esas fotos, por ello cuando las vemos quedamos absortos e invadidos por lo vívido que nos muestran. Al más puro estilo Harry Potter, como los murales de Hogwarts, ¿no te parece? Será por eso tal vez, querida amiga, que nos tiemblan las manos, el corazón y las lágrimas cuando nos aproximamos a los gratos recuerdos.
Te quiero siempre. Gracias amiga. Sandra

Anónimo dijo...

myrtita, como enemiga de la tecnologia que soy, hice un comentario, pero me parece que no te llegó.

Anónimo dijo...

myrtita, ya entendi (creo) como se hace para publicar un comentario.Obviamente que la nabo de la tenologia soy yo, Alicita.
Querida, gracias a esas fotos del mesozoico que publicaste, puedo decir: yo la conozco desde que teniamos el pelo largo,desde que Musante era petiso,y LeoFlory tenía jopo.Te conozco desde que Claudia Gigena era una tabla y Algunas (no digo cuales) de las chicas estaban un poco mas esbeltas-Te conozco desde que lo pereguias all poble Agudo por los pasillos de la NOrmal para hacerlo presa de tus artes de vampiresa.
;e halaga y emociona que conserves mis cartas de Rosario, que publiques una foto mia en ocasión de tu fiesta de egresada.En fin, que nos queramos tanto a lo largo de tantos años.

Anónimo dijo...

Bravo MI AMIGA DEL ALMA!!! Pudiste... Creo que ya superaste esta barrera informática, que me impedía gozar de la fluidez de tu escritura...
Reeditemos nuestras misivas, con un nuevo formato, acorde al siglo XXI, y enriquecidas con nuestras vivencias... jaja
Te quiero Mucho