lunes, 2 de enero de 2023

 Huevos pintados de blancos

Hoy sin pedirlos aparecieron como mi recuerdo en Facebook.

Facebook contento me mostró lo que para mi fue para el olvido. Mis deseos para el 2012.

Pintar huevos de blanco para decorar mi árbol en la Navidad 2011 fue un trabajo faraónico. Someter a la familia a una dieta super proteica para lograr la cantidad de huevos que necesitaba para cubrir mi árbol navideño, soplar huevitos hasta la cianosis absoluta, lavarlos con cuidado extremo, secarlos y pintarlos de blanco, ocupó mi diciembre.

En una de las etapas de ese proceso, acomodados en la bandejita plástica, de esas que jamás descarto, salió esta foto que sería protagonista en mis deseos para aquel 2012.

Siguiendo las tradiciones, diez años atrás la publiqué, acompañando la sutil imagen con el pedido de bregar por su integridad. Pasándolo a criollo, y sin vueltas, deseaba que en el 2012 ningún huevo se rompiera bajo ningún argumento.

Ese pedido, marcó un antes y un después para mí.
Ese pedido, fue desoído, y en ese 2012 no quedó ni un huevo sano.

Fue el año más duro de mi existencia. El dicho, de que no puede haber algo peor, se superaba con creces a medida que se sucedían los meses.

Todos lo huevos se iban rompiendo impiadosamente y mi pedido golpeaba mi mente en cada ocasión.

Me enojaba haberlo hecho. Me enojaba haber pedido.

El 2012 fue un año duro. A la distancia lo entiendo como el año que me hizo ser grande, y me posicionó en un nuevo rol,  referente de familia con el poder y deber de toma de decisiones, sin consejo consultor mayor. En el 2012 me volví grande, vi de cerca lo que deseamos nunca ver.

Todos los huevos se resquebrajaron.

Hoy, parezco escéptica ante los saludos, la alegría y el deseo de proyecciones.

Mis huevos marcaron un antes y un después.

No es que no sienta todo eso, pero soy incapaz de verbalizarlo. Creo que me asusta.
Prefiero callar y dejar que el año que comienza sea como tenga que ser, dejando siempre una pequeña ventanita interior abierta para que me sorprenda lindo.

Hoy me sorprendieron los huevos. El 2022 no se despidió con deseos manifiestos.
¡Tímidamente digo feliz 2023!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tan bueno Myrtinhe....muy metafísico lo de los huevos😆, como sea la realidad lo procesó, transformó un mensaje tan " práctico" en algo de dominio ( en todo sentido y por encima de todo) espiritual

Betina maradey dijo...

Muy bueno myrtha este nuevo año será una gran sorpresa quebrarse resquebrajarse pero siempre rearmarse para reiniciarse, seguir intentando, o cambiar el camino ,sin timidez y con empuje

Mariajo dijo...

Me encantó Si me permitis me quedo con..." Dejando siempre una pequeña ventanita interior para que me ( o nos) sorprenda lindo"... Brindo por ello

Ale de san Agustín dijo...

Coincido con varias cosas, x ahí no verbalizo, hace unos años decoreé un pionono con augurios de un año nuevo bueno, o mejor y fue todo para atrás, un 2021 olvidable y muy duro en lo personal. Así que fluya como tenga que venir, y tratar de sortear dificultadaes o afrntarlas con capa y escudo.
Ale de san Agustín

Claudia Comolli dijo...

Que lindo volver a leerte querida Myrta 🤗