viernes, 14 de marzo de 2008

El ratón Pérez

Una pregunta descolgada de Lucía, mientras engullía una porción de pizza desató esta entrada…
- Myrtita, ¿Qué vas a hacer cuando se te caigan los dientes?
Un frío recorrió mi columna vertebral, y me hizo estremecer pensando en el futuro probablemente inevitable….
- ¡A vos se te van a caer antes!
Le respondí tratando de salir airosa de la situación, y dándole un revés elegante a la cara de pánico que se había instalado en mi rostro.
La sonrisa se dibujó en su carita y aproveché la ocasión para contarle esta historia…
El tiempo de los dientes flojos había llegado para Agustín. La imagen del Ratón Pérez comenzó a rondar en su mente, y me atrevo a afirmar, casi con certeza que su perfil empresarial empezó a formarse por esa época.
Ratón Pérez era sinónimo de trueque, o mejor dicho de negocio. Un diente, un peso, una moneda, o hasta un billete, según se cotizaran sus acciones.
La historia del ratoncito tierno y cauteloso, que vendría hasta su cama para tomar su dientecito y dejar en su lugar una moneda, lo atraía cada vez más.
No pensaba en la incomodidad de esa pieza diminuta, bailando en su boca, y resistiéndose a cumplir con su rol de triturador de alimentos. Su mente estaba en el momento de la inversión.
Los días no pasaban nunca, y el diente parecía no querer separarse de él, a pesar de la gimnasia cotidiana a la que era sometido con el fin de acelerar los trámites.
Cierta tarde, mientras degustaba una barrita de cereal, se produjo el tan ansiado momento, aunque no todo en la vida resulta como lo habíamos planeado.
Concentrado en su programa televisivo, saboreaba su barrita, cuando de repente
-Ma maaaaaaaaaaaaá!!!.................. Me tragué el diente!!!!
Y un llanto desconsolado se desató….
No era la pérdida. No era preocupación por el objeto extraño en el interior de su físico. No era temor por la salida del objeto triturador….
Era su primer negocio frustrado… No diente, no peso….
No había consuelo.
Se desató una profunda inquietud en su ser sobre cuestiones biológicas….
¿Es posible recuperar un objeto ingerido?... ¿En que condiciones se rescata?...¿Y si uso de nuevo la pelela?...
Ante tanta ansiedad, decidí tomar el toro por las astas.
- Mira Agustín, lo que vamos a hacer es escribirle una carta a Ratón Pérez, y le vamos a explicar lo que pasó. Le vamos a dejar la carta debajo de la almohada y que él ratón decida….
- ¡Pero yo no se escribir!
Y así fue que en una gran hoja blanca, con puntitos en lápiz, marqué en una carta las palabras que me dictaba, y que con esmero repasó, letra por letra, para explicar la grave situación.
La decoró. Le agregó imágenes, colores con la ilusión de seducir al ratón. Con dedicación la plegó y la colocó debajo de su almohada, olvidando en parte la pena por la pérdida del diente, y reemplazando este sentimiento por una nueva ilusión….
Y el ratón, enternecido, le respondió, cubriendo así sus expectativas, afianzando su vocación para los negocios y demostrándole que la vida…. Siempre nos da otra oportunidad.
¡Feliz cumple Agustín!
Myrtita

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué hermosa historia Myrtita...mandale un beso a Agustín de nuestra parte!!

Anónimo dijo...

ME ENCANTÓ / ¡¡¡FELIZ CUMPLE AGU!!!
AMIGA ESPERO QUE CUANDO SE NOS CAIGAN LOS NUESTROS EL RATÓN PEREZ TENGA PIEDAD Y COLABORE CON UNOS PESOS PARA HACERNOS UNOS BUENOS IMPLANTES /BESO PARA EL DEL CUMPLE Y PARA VOS / SANDRA.

Anónimo dijo...

ME ENCANTÓ / ¡¡¡FELIZ CUMPLE AGU!!!
AMIGA ESPERO QUE CUANDO SE NOS CAIGAN LOS NUESTROS EL RATÓN PEREZ TENGA PIEDAD Y COLABORE CON UNOS PESOS PARA HACERNOS UNOS BUENOS IMPLANTES /BESO PARA EL DEL CUMPLE Y PARA VOS / SANDRA.

Anónimo dijo...

¡OH! ¡SORRY! SALIÓ DOS VECES / NOS SÉ QUE PASÓ, LA TEACHER EN INFORMÁTICA PODRÁ EXPLICARME, ¿NO?
ME,SANDRA.