sábado, 16 de febrero de 2008

Querida amiga:

Hoy barrí, y no lo hice buscando el brillo en mis pisos. Lo hice en una búsqueda casi irracional, pidiéndole a mi escoba ayuda. Ayuda para desentrañar esta maraña de sentimientos, de sensaciones, de cosas sin respuesta que se desencadenó hace ya una semana.
El jueves, nos despedimos …
- Tengo 1 000 000 000 de cosas para contarte… pero la pantalla de la computadora no alcanza para hacerlo. ¡Tenemos que encontrarnos!
-Me temo que no hay tiempo… El sábado nos vamos… ¡Lo dejamos para la vuelta!
- ¿Y si me visita el alemán y después no me acuerdo?
- ¡Anotalas! fue tu concreta respuesta, dándole siempre objetividad a mis tribulaciones y disyuntivas.
Y acá estoy, anotando… hace días que quiero hacerlo, pero no puedo, así que hoy dejé al debo, que con la ayuda de la escoba lo hagan….
¿Cómo no escribirte si en nuestra vida siempre estuvieron los testimonios escritos? Creo que nuestro caudal de misivas vuelve minúsculas las cartas de Millenium para la humanidad.
Desde aquellos días en que Reinabas como corresponsal de la favela para la edición de nuestro Diario en Quinto “D”…
Las cartas de Richieri 1033, con nuestras andanzas por las universidades, nuestros años de mocedades que descansan en una pila de cajas de ADIDAS y que hoy no me atrevo a abrir….
Tu paso por Buenos Aires, y las visitas semanales del cartero trayendo las novedades desde aquel pensionado al que accediste con la recomendación de la curia, sin haber pasado por un templo…
Las postales de tus viajes…
Nuestras vidas están en papeles…. Y ahora en ceros y unos desde que se me escaparon los soldados y te invitaron a alistarte en las filas de este blog, que nació con el enmascarado deseo de volver a estimular y revivir nuestra creatividad de adolescencia.
Y cómo no te voy a escribir acá, si te torturé para que ingresaras a este medio virtual. Si desde tu salita verde de informática encontramos el canal para el diálogo cotidiano, para el encuentro permanente cuando aparecía el patito en mi ventana del chat.
Un alto en las tareas, en el estudio… las últimas novedades, la consulta rápida, la contrarreunión que se gestaba….
Pero el patito no aparece… Mi computadora se silenció hace unos días…Por eso necesito escribirte…
Sé que hoy no va a haber un comentario, pero te doy tiempo, el que necesites, el que consideres oportuno… pero NO TE LICENCIO AL SILENCIO…
Volvé pronto... Te necesito... Te quiero


Myrtita

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